Aproximadamente cinco mil años a.C., durante los tiempos de Huang Di (el Emperador Amarillo), la gente adoró un solo color. Después de Huang Di y durante las dinastías de Shang, Tang, Zhou y Qin, los emperadores seleccionaban colores como símbolo, basados en la teoría de los cinco elementos. El orden de los cinco elementos es agua, fuego, madera, metal y tierra. Éstos se corresponden con los colores negro, rojo, azul verdoso, blanco y amarillo, respectivamente.
En el sistema chino tradicional, los cinco colores, negro, rojo, azul verdoso, blanco y amarillo son considerados como colores estándares.
Durante el período pre-Qin, los colores simbólicos de la antigua China comenzaron a mostrar una tendencia hacia la variedad. A fin de apoyar las prácticas ceremoniales de la Dinastía Zhou, Confucio (551 – 479 a.C) definió a los colores amarillo, azul verdoso, blanco, rojo y negro como los colores estándares y superiores. Él relacionó los cinco colores con benevolencia, virtud y bondad y los incorporó en las ceremonias formales.
En las tradiciones chinas, la cultura en torno al color es aún más rica. El amarillo es el color para los emperadores, palacios reales, altares reales, y los templos reales a menudo lo usan. El amarillo también representa la libertad de preocupaciones mundanas; por lo tanto, es también un color respetado en el budismo. Las ropa de los monjes son amarillas y los templos son también amarillos. El rojo es uno de los colores apreciado por la gente china. Durante la celebración del Año Nuevo, feriados, y reuniones, el color rojo es infaltable. El púrpura es el color de un presagio propicio y de solemnidad. Blanco es el color de luto. La gente china antigua vestía con ropa blanca y sombreros sólo cuando lloraban por los muertos. Aquella tradición todavía es practicada hoy en día.